Son muchos y muy variados los conceptos que cabe entender antes de comenzar una explicación más profunda de la situación. Conceptos que se entrelazan y se confunden de manera casi categórica por toda la sociedad y sin los cuales sería imposible comprender cómo un niño puede llegar a sentirse confuso respecto a su género.
Son cinco los términos básicos que se deben tener en cuenta: identidad de género, orientación sexual, sexo, expresión de género y disforia de género.
Conceptos clave
Sexo (de asignación)
Sexo que se nos asigna al nacer según los caracteres sexuales primarios que hayamos desarrollado durante el proceso embrionario. Es decir, hombre si nace con pene y testículos, mujer si nace con vulva y vagina.
Debemos, aun así, tener en cuenta casos como la intersexualidad en la que los genitales no están bien definidos y la asignación de un sexo concreto resulta complicada. En estos casos, en España es el médico encargado del parto el que asigna uno de los dos sexos, lo que supone un alto riesgo de error, con consecuencias devastadoras para el desarrollo psíquico y emocional de la persona.
Expresión de género
Es el modo en el que las personas transmitimos nuestro género. A través de nuestros comportamientos, gestos, maneras e incluso nuestro modo de vestir, se nos enmarca en uno de los dos géneros preestablecidos socialmente: masculino o femenino. Cabe recordar que existen numerosos matices entre ambos extremos y que, en cualquier caso, la expresión de género no es definitoria ni de nuestro sexo biológico, ni de nuestra orientación sexual y en algunos casos, ni siquiera de nuestra identidad de género.
Orientación sexual
Según la APA, (Asociación Americana de Psicología), se define como la atracción emocional, física, afectiva o romántica duradera en el tiempo hacia los otros.
Se distingue entre heterosexualidad total cuando la atracción es hacia el sexo opuesto y homosexualidad total cuando es hacia el mismo sexo, habiendo entre ambos puntos diversos grados de bisexualidad. En ningún momento está relacionado con el sexo de asignación ni con ninguno de los términos que veremos a continuación.
Comprendidos estos términos y comprendida también la principal premisa de que ninguno de ellos es vinculante con cualquiera de los otros, podemos comenzar a entender la situación real.
Identidad de género
Se refiere al sentimiento personal que cada persona posee de pertenencia a uno de los dos sexos que la sociedad actual contempla: hombre o mujer. Como hemos explicado ya con anterioridad, la identidad de género no siempre se corresponde con el sexo asignado al nacer.
Disforia de género
La WPATH (Organización Mundial para la Salud Transgénero) la define del siguiente modo: “entendido en un sentido amplio como incomodidad o malestar causado por una discrepancia entre la identidad de género de una persona y el sexo asignado a esta al nacer (y el papel de género asociado y/o las características sexuales primarias y secundarias)”.
En 2013, la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), introduce este término en el DSM V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), para sustituir "trastorno de la identidad de género " y despatologizar de este modo el concepto.