"Si quieres ir rápido, ve solo.
Si quieres llegar lejos, ve acompañado"
La decisión de sumergirme en el mundo trans para realizar mi Trabajo de Final de Grado fue extrañamente sencilla y natural. No tuve que pensarlo mucho tras leer la entrevista con la increíble África Pastor, que El Mundo publicó en septiembre de 2014. Su historia me conmovió y me atrapó, el hecho de pensar que habría muchísimas más como la suya con su pequeña Daniela, hizo el resto.
Han sido unos meses de trabajo. De mucho trabajo, sí. Pero mentiría si lo decorase diciendo "arduo", "complicado" o "duro". Ha sido un trabajo de comprensión, de descubrimiento y escucha. De conocimiento y re-conocimiento. Un trabajo lleno de preguntas, de escepticismo y de eternas dudas que creía imposible solucionar. Un trabajo en el que he tenido que aprender a reorganizar y replantearme cuestiones que creía totalmente asentadas. Al fin y al cabo, un trabajo de apertura personal y profesional que ha sido menos trabajo gracias a todas las personas que han ayudado directa e indirectamente a que este proyecto saliese adelante.
No puedo comenzar los agradecimientos sin nombrar en primer lugar a Isidro García, al que le debo más que alguna cerveza en algún sitio bonito. Por su paciencia y su cariño, por regalar su tiempo, su trabajo y su agenda de contactos a una completa desconocida en el Café de las Letras. Gracias, Isi.
Inmesas gracias al que, una vez más, ha sabido ser el mejor referente, esta vez para curar un poco mi ignorancia, abrir mis ojos y tumbar uno a uno los prejuicios que me quedaban. Gracias, Leo Mulió por abrirme las puertas de tu casa, de tu pasado y de tu presente. Y por su puesto, gracias también a Ana Prieto por llenar cada encuentro de su alegría y su positividad. ¡Gracias por ser tan atenta y añadir todos esos detalles que a veces ni Leo recuerda!
Pero si hay alguien a quien debo dar las gracias es, sin duda, a África Pastor. Por su fuerza, por su coraje y valentía. Por ser y dar ejemplo, por su infinito amor convertido en trabajo diario. Gracias, África, porque sin ti este proyecto no habría existido (ya ves que esa entrevista que tan poco te gustó, pudo también traer cosas buenas). Gracias por confirmarme que las madres sois increíbles. Sin excepción.
Gracias a Ángela Sotogrande por soportar una llamada de más de dos horas. Gracias por ser tan dispuesta y estar disponible casi las 24 horas del día. Gracias por ser ejemplo de lucha y superación, de fuerza y valor para todos los que vendrán después.
No puedo olvidarme, bajo ningún concepto de Gabriel Díaz de Tudanca y su madre, Maria Elisa Piedra, con vosotros no sé ni por dónde comenzar. Gracias por hacerme tan partícipes de vuestra vida, de vuestro hogar. Por ese desayuno de tres horas que nos cambió el humor después de esa mañana torcida. Gracias por las risas y por las lágrimas, Marieli. Gracias por tu amistad, Gabriel, por tu madurez y tu atención.
Gracias a Lola Martín, por querer formar parte, con sus conocimientos, de este proyecto. Gracias por tu atención y por abrir un hueco en tu apretada agenda. Gracias por resolver el millón de dudas con el que me presenté en tu despacho.
GRACIAS en mayúsculas a los profesionales que han aportado valor científico en este reportaje:
Al Dr. José Luis Pedreira por su desparpajo y su naturalidad, por ser capaz de mantenerme embobada durante más de una hora esuchando sus explicaciones. Por haber compensado con creces el despiste del primer día.
A la Dra. Marina de la Hermosa por ejercer de mentora inicial. Por haberme sabido guiar cuando más perdida estaba, dándome los contactos y la información más acertada.
A la Dra. Teresa Godás, del Hospital Clínic de Barcelona. Por ofrecerme estudios, informes y guías con los que pude ampliar mis conocimientos.
Al Dr. José Antonio Becerra, del Hospital Ramón y Cajal. Por abrirme las puertas de su despacho y ofrecerme su tiempo en la UTIG.
Quisiera agradecer, también inmensamente, el trabajo de Carmen Baturone, diseñadora de las ilustraciones del apartado Conceptos clave. Mil gracias a mi Batu pequeña, gracias por tu tiempo y tu continua sonrisa. Gracias por el interés y por haber captado perfectamente mis ideas y haberlas plasmado en el papel. Gracias por solventar mi ineptitud con las artes plásticas. Gracias por todo.
Gracias, por supuesto, a mi compi Adri Toca, por esos "pesados" paseos hasta Guzman el Bueno, que bien merecieron unas pizzas y unos huevos Kinder. Gracias por las fotografías al Dr. Pedreira.
Gracias a mis expertos preferidos. Por ayudarme y aportar sus conocimientos en materias totalmente desconocidas para mí. Gracias, José Manuel Alfonso, por tus geniales lecciones de biotecnología para niños (con frases bonitas, incluidas) y gracias a ti, Alba Gil, por ser la mejor Asesora Judicial a la que podría acudir (sábados y domingos incluidos).
Gracias a Andrés Pérez de Laya Producciones que, como todo buen productor, tiene su mejor arma al alcance de la mano, en el bolsillo. Gracias por regalarme tus contactos con tan solo una llamada. Gracias por darme el tiempo que necesitaba.
Gracias a mi familia. A ti, mamá, por mostrar interés por querer resolver tus infinitas dudas, por toda tu evolución y por verme avanzar y crecer como persona, sin soltarme de la mano. A mi padre, por estar ahí y actuar con rapidez, cuando más feas se pusieron las cosas (técnicamente hablando). A mis hermanas y mis cuñados por su interés y su constante apoyo.
Y por útlimo, gracias a ti. A mi compañera incansable, a la que me soporta a todas horas. Gracias por permitirme el lujo de ponerte la cabeza como un bombo hasta altas horas de la madrugada, hablando sobre disforia, cisexuales, transexuales, asexuales, pansexuales, cuestiones queer y un largo etcétera que siempre te interesó. Gracias por tu apoyo, tu tiempo y tu ánimo. Gracias por saber cuando invitarme a seguir adelante y cuando convencerme para parar a descansar. Gracias Tere García por todo esto, y por tus increíbles fotografías y gráficos.
Gracias a todos.
Lola Doménech Sabater